El sistema recoge y almacena el agua proveniente de las diferentes máquinas de manipulado del vidrio en un tanque. Desde ahí, y gracias a una bomba, el agua sucia pasa al cilindro de presión donde se encuentra la columna filtrante que separa el agua del polvo, haciendo pasar el agua limpia lista para ser reutilizada a una nueva sección del tanque y reteniendo el polvo fuera, en la malla filtrante.
Regularmente, cuando la máquina detecta un cúmulo determinado de polvo, seca y comprime el polvo de vidrio adherido a la columna y lo expulsa en forma de residuo sólido, seco y reciclable. Todo este proceso cíclico es totalmente automático, no requiere personal y no conlleva paros en la línea de producción.