El cuidado del planeta Tierra se ha convertido en un asunto que está presente en casi todos los ámbitos de la sociedad. Lo cierto es que, en las últimas décadas, se habla mucho del cambio climático, de cómo esto puede cambiar la imagen del planeta y la vida de los seres vivos, entre ellos, los humanos. Esta semana, esta cuestión ha tomado mayor protagonismo porque el pasado 22 de abril se conmemoró el Día Mundial de la Madre Tierra. Una fecha que se celebra desde los años setenta, y que, cada año, hace hincapié en una o varias problemáticas. Este año, bajo el lema: “El planeta versus plásticos”, se han puesto de manifiesto los 3 grandes problemas que sufre el planeta Tierra: la contaminación, la pérdida de biodiversidad y el cambio climático.
La jornada de la Tierra, año tras año, con los numerosos eventos que se organizan, muestra que la ciudadanía está cada vez más preocupada por la crisis climática. En España, lo admite un 77% de la población, convirtiéndose en uno de los países europeos más concienciados (según datos del CIS a finales de 2023). El compromiso por la sostenibilidad se evidencia cuando las empresas, una pieza fundamental en la economía, trabajan en fórmulas para conseguir que la actividad de las industrias sea más eficiente. Este es el caso de Filtraglass y sus sistemas de tratamiento del agua en la industria del vidrio.
Para quienes todavía no los conozcan, lo primero que cabe destacar es que la instalación de los sistemas Filtraglass en la maquinaria de procesamiento del vidrio proporciona un ahorro de hasta un 85% en el consumo de agua. Y es que se trata de un sistema de reciclaje que filtra el agua utilizada en los procesos de manufactura para devolverla limpia al circuito de suministro. De esta forma, las máquinas siguen funcionando con agua de calidad y, a la vez, se hace un uso responsable de este bien que es esencial y, en estos momentos, escaso.
Además, estos sistemas de tratamiento del agua también contribuyen a reducir la contaminación medioambiental. En el proceso de filtraje, se separan las partículas de polvo de vidrio y se convierten en residuos sólidos, secos, extraíbles y reciclables. De esta forma, se evita que el polvo de vidrio generado por las máquinas durante el proceso termine depositado en el medio ambiente.
En definitiva, Filtraglass está aportando su granito de arena en esta difícil, pero necesaria, misión de proteger el planeta, y además, contribuye a que una industria tan importante como la del vidrio pueda seguir realizando su actividad eficientemente y en armonía con el planeta Tierra.